El amor que no es amor

¿Existe el egoísmo disfrazado de amor? La respuesta es simple y tal vez a muchos no los sorprenda: si.

Todos los días queremos ser amor para quienes nos rodean, pero me pregunto, ¿es real esa razón o es porque simplemente queremos que los demás nos vean como un ejemplo a seguir? El amor, para mí, se ha convertido en la demostración del ser de luz que todos deberían adorar, en la perfección convertida en ser humano, en el like que todos quieren ganar... Si es amor, mejor dicho, egoísmo disfrazado de amor.

No tiene nada de malo querer ser el protagonista de nuestra historia, nuestro relato, nuestra canción, nuestro libro, nuestra obra o poema, lo que está mal, y repito, para mí, es querer aparentar ser algo que no somos. El mundo ya tiene suficiente con toda esa gente que roba, que estafa, que engaña, que juega con el verdadero significado del amor. Las veces que he pensado que ya no creo en el amor es justo por esto que te cuento, porque me he dado cuenta de la falsedad de ideas, pensamientos y sentimientos, porque me he aprendido a querer cada día un poco más, porque he aprendido que los logros se consiguen con esfuerzo, no con palabras bonitas.

De algo sí soy partidario, y es que debemos tratar al mundo tal cual queremos que nos trate, no a las personas, me refiero a nuestro entorno. Aprender que nuestras palabras atraen acciones y nuestras acciones consecuencias, que si te esfuerzas por lograr tus objetivos, la vida te compensará poniéndote en lugar y momento correcto. No juegues con el amor, no se vale pretender amar cuando en realidad no toleras, no se vale hablar de amor cuando no se sabe el verdadero significado de esa palabra.

El amor no es un juego, no es una tendencia, no es una broma y mucho menos egoísta; ¿qué me llevó a compartirte estas palabras?, nada en especial, es sólo que la vida te da tantas lecciones que nunca está de más compartirlas. ¿Que si creo en el amor?, hoy más que nunca. ¿Que si yo soy amor?, no siempre. ¿Que si me siento con el derecho de hablar del amor?, si, porque este mundo necesita más corazones liberados que pensamientos encapsulados.

Sonríe, puedes amar y ser amado. ¿Qué sigue en nuestro próximo encuentro? Un tema que seguramente te hará pensar en más de un nombre: la intoxicación de los sueños.