Un escéptico enamorado del amor

¿Alguna vez te habías propuesto cerrarte al amor por consecuencia de una mala experiencia? Seguramente, en algún momento de la vida lo hiciste, decías que el amor no existía, que eras feliz sin pelear con nadie, sin tener que entender a alguien que no seas tú, haciendo lo que quieres sin dar explicación a nadie, pero en el fondo, sabías que eso no era lo que querías para tu día a día, ¿o si?

Es válido no querer abrir tu corazón o tu vida a alguien, sin embargo, hasta hoy, no he conocido a un ser humano capaz de vivir en la soledad de sus pensamientos. No se trata de depender de nadie, no se trata de poner tus sueños en las manos de alguien más, se trata de encontrar algo o alguien que te impulse a hacer realidad lo que muchos califican como imposible.

Una vez que sientes cosquillas en el estómago al estar con alguien, has perdido la batalla con ese sentimiento de negación; yo, por ejemplo, siempre dije que no quería intentar nada con nadie porque me daba flojera "explicar mis decisiones", incluso porque me daba flojera en el hecho de pensar en tener que hacer algo el día que yo no quería, que mis emociones lo único que deseaban era una tarde tranquila, pero eso cambió.

No diré que de la nada, pero un día, esa necesidad de amar y ser amado me invadió, incluso me llevó a la melancolía de la soledad, de no tener a quien escribirle, a quien llamarle o incluso con quien planear qué hacer esa tarde. No es nada malo, es simplemente que durante mucho tiempo no creí en el amor, hasta que me di cuenta que si estaba enamorado... ¿de quién? ¡Te sorprendería!

Realizando un análisis de mi vida, me di cuenta que sin saberlo, siempre me fijaba en quien representaba lo que yo nunca he querido: personas frías, incluso vale madres. Si algo he querido, al menos desde que me di cuenta que si lo quería, es compartir mi día a día con alguien a quien le interese, a quien le motive, a quien le alegre, a quien le inspire... No digo que yo sea un ejemplo a seguir, pero si creo que soy de los que cada día arriesga todo por lograr sus sueños.

Decir que no he tenido suerte en el amor sería una falsedad, la verdad es que nunca me he dado el tiempo de conocer a alguien, y no por egoísta, sino porque al reconocer puntos que no me atrapan de otra persona, marco mi distancia, dejo claro que no es algo que quiera seguir intentando, ¿está mal? Para nada, tenemos el derecho de decidir qué permitimos en nuestras vidas, simplemente no hay que abusar.

Idealizamos el amor, lo describimos, lo imaginamos y lo hacemos realidad. Yo confieso que durante mucho tiempo no quise ser flechado por cupido, yo confieso que mucho tiempo anhelaba encontrar el amor, yo confieso que hoy, soy un escéptico enamorado del amor, porque el destino ya nos puso en el mismo camino.

¿Quieres saber de qué color es el amor?, ¿a qué huele?, ¿cómo se siente?, ¿a qué sabe? Te lo cuento en nuestro próximo encuentro.